Se apuntaba a una victoria menos holgada que en la primera vuelta de las elecciones legislativas para Agrupación Nacional, el partido ultraderechista de Marine Le Pen, pero Francia ha respondido con contundencia en las urnas al llamamiento para frenarlo. Hasta tal punto que no solo les adelantaría el Nuevo Frente Popular, sino también el partido del propio Macron, que quedaría en segundo lugar, según las proyecciones a pie de urna. La unión de la izquierda del Nuevo Frente Popular gana las elecciones legislativas y relega a la tercera posición a la ultraderecha. Lágrimas de alegría y de incredulidad entre los simpatizantes de izquierdas, que apenas pueden creerse que sea verdad lo que ofrecen las primeras estimaciones: el triunfo por primera vez de una fuerza a la izquierda de los socialistas. Una auténtica sorpresa ya que este escenario no lo consideraba ninguna encuesta ya que todas daban por hecho el triunfo del partido de Le Pen. La Francia Insumisa vuelve a tomar las calles, y esta vez no para protestar, si no para celebrar. Y su líder Jean-Luc Mélenchon ya se lo deja claro al presidente Macron: "De gobernar con el Frente Popular". Otra cuestión es que sea el propio Mélenchon el elegido, dado su perfil. El presidente Macron, que se lo jugó todo con este adelanto electoral, salva el tipo, porque su formación es segunda, delante de los ultraderechistas. Eso sí, le queda arremangarse para el sudoku que le espera, ya que el reparto de escaños en la nueva Asamblea no ofrece mayorías claras y será complicado gobernar. Y la que iba a ser su gran noche se queda en la gran decepción para Marien Le Pen. El cordón sanitario contra ella ha funcionado mejor de lo esperado y millones de franceses, con su voto y su participación en esta segunda vuelta de las legislativas, han impedido el paso de la ultraderecha en el país galo.