De la Cañada Real a Torrelodones. Así era la ruta delictiva de tres jóvenes de nacionalidad rumana que robaban a los ancianos que sacaban su dinero de los cajeros automáticos. Estos delincuentes usaban una treta para engañar a sus víctimas y obtener 900 euros de cada una de ellas. La Guardia Civil ha conseguido detener a este tío de ladrones y la cifra de hurtos podría rondar el centenar con el avance de las pesquisas.