Kiev presenta las nuevas Fuerzas de Sistemas No Tripulados, que se sumarán al ejército, marina y aviación, confirmando la significación cada vez más obvia de la robótica en un conflicto que se acerca paso a paso a la ciencia ficción. Ya se ha registrado la primera batalla entre drones y robots.
Vitaly, conocido como “Actor” -su apodo militar- asegura que el 29 de marzo pasado casi había comenzado su “turno” de vigilancia cuando uno de los drones de su agrupación descubrió a los dos “robots” rusos en las inmediaciones de las posiciones ucranianas de Avdivka.
“Habían conseguido aproximarse mucho”, recuerda.
Se trataba de dos pequeños UGVs (las siglas por las que se identifica a los vehículos terrestres no tripulados) con orugas, equipados con un lanzagranadas automático del tipo AGS-17 y un sistema de colocación de minas TM-62. “Uno llevaba una bandera rusa”, indica el soldado en una conversación telefónica.
Se encontraban atascados en un camino de tierra no lejos de los restos de un transporte de tropas calcinado. Alrededor sólo quedaban ruinas y despojos de los últimos enfrentamientos, según permite apreciar el vídeo que grabó la unidad del uniformado.
“Eran pequeños. De poco más de un metro de longitud. Estaban en buenas condiciones y por eso decidimos destruirlos”, relata el miembro de la Brigada Mecanizada 47 del ejército ucraniano.
La grabación deja apreciar el resultado de la confrontación que más bien fue un asalto unilateral, el de los tres diminutos FPV (drones kamikazes) que se empotraron contra sus adversarios rusos. Uno de ellos se volatilizó literalmente en medio de una ingente explosión que lo redujo a fragmentos imperceptibles. El otro permaneció de una pieza tras la doble acción de los aparatos ucranianos, aunque humeando.