Spencer Tracy, rostro emblemático del Hollywood clásico, muere en Los Ángeles a los 67 años. Pocos días antes había terminado de filmar Adivina quién viene a cenar, que le valió su novena y última nominación al Oscar como mejor actor, de manera póstuma. Se llevó la estatuilla en años consecutivos por Capitanes intrépidos (1937) y Forja de hombres (1938). Actuó en películas como El padre de la novia, La costilla de Adán, Conspiración de silencio, El viejo y el mar, Heredarás el viento, El juicio de Núremberg y El mundo está loco, loco, loco. Mantuvo una larga relación con Katharine Hepburn.