En la Champions League está el reflejo de una idea de Europa: la idea de un proyecto común que, en lo político, está a punto de asomarse a unas elecciones clave. Pero Europa empieza a preguntarse si el eje es todavía entre izquierda o derecha o comienza a ser, en nuestro propio continente, entre democracias y pulsiones autoritarias. Una Europa que constata el auge de la extrema derecha.