La paradoja no tarda en saltar a la luz. “El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo”, pugna el mantra repetido hasta el cansancio por el presidente, que no pierda ocasión para citar a Alberto Benegas Lynch. Pero, ¿dónde queda este principio cuando se intenta dar marcha atrás con derechos claves como el divorcio, el matrimonio igualitario y el aborto?
“Yo en el plano personal creo que al gato hay que decirle gato y al perro, perro. Matrimonio viene del concepto mater, de la realación tradicional de hombre y mujer. No es una cuestión de decir qué conservador. No, no, es la cosa natural del hombre. Nos reproducimos así: hombre y mujer”, dijo “Bertie” Benegas Lynch, diputado nacional por La Libertad Avanza y hombre de confianza de Milei.
El hijo del teórico preferido de Javier Milei y actual miembro de la Cámara de Diputados, dejó en esta comparativa zoológica su posición firme en contra del matrimonio igualitario por cuestiones de carácter semántico. Esto es curioso, ya que cuando la periodista le preguntó si entonces al nombrar “casamiento igualitario” el asunto, para él estaba resulto, no supo qué responder.
Pero el retroceso que propone “Bretie”, devenido también rockstar y “Salieri” de Milei es de 14 años, ya que la ley de matrimonio igualitario se aprobó el 15 de julio del 2010 en Argentina. Y de y 23 años en comparación con Países Bajos, primer lugar en sancionar esta normativa.
Meses atrás, antes de la asunción de Milei, la propia Diana Mondino, actual canciller, había cuestionado el matrimonio igualitario al compararlo con "tener piojos". Dijo que las personas son libres de elegir, pero que deben aceptar las "consecuencias", lo que le valió el repudio generalizado de la comunidad LGBTIQ+.