Visiblemente feliz y emocionada, la Princesa Leonor ha protagonizado hoy el acto en solitario más importante de los cuatro que ha realizado, y uno de los más personales, porque comienza a despedirse del año que ha pasado en Zaragoza. La Heredera ha recibido las Medallas de las Cortes, de Aragón y el título de hija adoptiva en una mañana llena de simbolismo, en la que ha querido agradecer el cariño recibido este tiempo.