La presidenta de Perú, Dina Boluarte, atraviesa un auténtico laberinto legal y político a raíz de las investigaciones fiscales abiertas en su contra, por corrupción y genocidio, entre otros cargos, y un criticado manejo del Gobierno que le ha generado una impopularidad de 88 %, según las encuestas.
En poco menos de año y medio de Gobierno, Boluarte pasó de ser la vicepresidenta de Pedro Castillo (2021-2022) que asumió el Ejecutivo con bajo perfil y prometiendo una lucha frontal contra la corrupción, a ser denunciada por lucir joyas prestadas de un acaudalado gobernador regional y con una economía que no levanta el vuelo.