Por Dick y Mirian Emanuelsson
“Aquí estamos en la lucha porque no nos han pagado desde el mes de diciembre y ¡tenemos hambre!”
¿El partido Liberal esta refundándose en LIBRE?
TEGUCIAGALPA / 2012-03-29 / Fueron varios miles los hondureños que manifestaron en contra de la política de hambre y terror, unos días ante la Semana Santa. Obreros, maestros, estudiantes, amas de casa y desempleados se movilizaron reclamando una nueva política y contra el alto costo de vida.
La situación económica se ha empeorado y son innumerables las llamadas telefónicas a las emisoras antigolpistas en donde los hondureños expresan que ¡“no aguantamos más, la Resistencia tiene que convocar al pueblo para protestar”!
El precio del combustible se ha duplicado desde el golpe de estado de junio de 2009. Lo primero que hizo la dictadura fue salir del ALBA y Petrocaribe expulsó al estado hondureño de su organización. El país está de nuevo en las garras de los pulpos petroleros como Texaco o Shell.
El desempleo aglutina un ejército de hondureños que rebuscan su supervivencia. No importa si ahora existe un inmenso muro en la frontera entre Estados Unidos y México, las cifras hablan de 140.000 centroamericanos que pasaron el año pasado por la frontera, entre ellos miles de hondureños.
Las centrales obreras suscribieron un convenio de salario mínimo, con el régimen de Porfirio Lobo, que sólo dio un mínimo a los millones de hondureños que son explotados por los patronos. Es un convenio tan mal realizado que la misma CSA, Confederación Sindical de América, lo criticó duramente durante la visita de su secretario general, el 15 de febrero, en Tegucigalpa.
LA VIOLENCIA Y LA INSEGURIDAD indiscriminada se ha vuelto insoportable. En un reporte de la embajada sueca del 28 de febrero, año en curso, acerca de la visita que hizo la Relatora Especial de la ONU, Margaret Sekaggya, sobre la situación de los defensores de derechos humanos. Dicho reporte menciona una nota conocida a partir de la reunión entre la relatora y los embajadores de la UE, que integran el “Grupo para el Seguimiento de la declaración de Estocolmo”, también llamado el “G-16”, donde se sostiene que las violaciones contra los activistas de los derechos humanos en Honduras son ejecutadas en un 95 por ciento por la policía hondureña.
Los índices de muerte violenta colocan el país centroamericano entre los peores del mundo, con una cifra de casi 20 muertos cada 24 horas en un país con ocho (8) millones de habitantes, equivalentes a 86 muertos por cada 100.000 habitantes.
Estas cifras sitúan a Honduras por encima de Colombia en sus peores épocas de violaciones de derechos humanos cuando el para-militarismo y los cárteles de Cali y Medellín cometían sus históricas masacres diarias. San Pedro Sula y Tegucigalpa son consideradas como las ciudades más peligrosas del mundo.