Muchos ni se acuerdan, porque la sociedad española tiene memoria de pez, pero no hace tanto que Pedro Sánchez, le espetó en un debate televisivo al líder del PP aquello de "a usted se le fugó Puigdemont y yo me comprometo hoy y aquí a traerlo de vuelta a España y que rinda cuentas ante la Justicia".
Llevaba ya año y medio en La Moncloa y poco después, en RNE, al ser preguntado sobre cómo iba a hace efectiva su promesa, alardeó de que el Ejecutivo Frankenstein tenía instrumentos:
“¿La Fiscalía de quién depende?”
“Depende del Gobierno”, musitó sumiso el periodista-masajista de turno.
“Pues eso”, remachó ufano el jefe del PSOE.
Que la Fiscalía depende de Sánchez es clamoroso, tanto como que su sicario al mando de ese organismo, el tal García Ortiz, anda esparciendo basura sobre los magistrados del Tribunal Supremo y perpetrando arbitrariedades.
Lo que es muy dudoso, por no decir inverosímil, es que es que el golpista Puigdemont pague sus culpas en los tribunales.
El capo de Junts, cabecilla de la adinerada derechona independentista, alista ya las maletas para retornar a Barcelona y mi duda es si esperará a que pasen las elecciones autonómicas de este 12 de mayo de 2024 o dará un golpe de efecto y aparecerá por sorpresa en la Ciudad Condal, coincidiendo con el cierre de campaña.
He estado con el incansable Carlos Pecker por tierras catalanas y me he venido con la impresión de que los xenófobos de Junts no descartan esa traca final.
Les permitiría seguramente superar al claudicante PSC de Illa en las urnas y a los más que se arriesga Puigdemont, visto el miedo que le tiene Sánchez y que Junqueras y el resto de delincuentes ya fueron indultados, es a que lo arresten unas horas. Y quizá ni eso.
Vamos a ver que encajes aritméticos permiten los comicios de este domingo, pero quien tiene más opciones de convertirse en presidente de la Generaliat, es el fugado Puigdemont.
Junqueras, el pagafantas Rufián y compañía juran que no facilitarán con sus votos la investidura de Illa, pero
la palabra de los de ERC vale muy poco.
Imaginen que a la hora de la verdad, estimulados económicamente desde La Moncloa, se dejan querer, respaldan al socialista y forman con él gobierno, para pillar buena parte de los 500 cargos a 80.000 euros al año que se reparten
Sería la excusa perfecta de Puigdemont, para dejar caer a Sánchez una vez aprobada la amnistía y coronarse como el ‘puto amo’ del independentismo.
En septiembre a más tardar, lo que nos llevaría a elecciones generales antes de final de año y a repetición de las catalanas, con el de Junts como gran favorito..
Visto el panorama y analizadas las opciones, a mi me da que al marido de Begoña, al PSOE y al esto de la cuadrilla de maleantes, no les queda otra que llevar a hombros a Puigdemont a la presidencia de la Generalitat de Cataluña.
Y rezar para que el golpista no se los lleve por delante.