Los mensajes les llegaban desde un número desconocido. Al tener noticias de sus supuestos hijos en apuros los padres se ponían nerviosos y caían en la trampa. Todo empieza con un simple mensaje de texto que envían masivamente al azar. En las redes sociales buscan un perfil determinado: padres con hijos estudiando en el extranjero y usan esa información pública para ganarse su confianza.