El modelo tradicional de entidad financiera hace tiempo que quedó atrás, y ahora las formas y vías de satisfacer las demandas de los clientes son muchas y muy diferentes. Con un alto porcentaje de usuarios que han crecido con la tecnología debajo del brazo, a las exigencias que ya existían anteriormente en este sector, como la seguridad y fiabilidad, se suman otras como la inmediatez, la agilidad y unos valores en línea con las necesidades del mundo actual, como el caso de la sostenibilidad.
Todos estos puntos se han tratado en la primera mesa de debate del Foro empresarial Neobancos: La adaptación del cliente del siglo XXI, organizada por elEconomista.es. En este encuentro se ha puesto en valor cómo han cambiado las demandas de los clientes financieros en los últimos años desde el punto de vista de diferentes actores del sector, ya que el evento ha contado con la participación de Gabriela Giannttasio, VP EMEA de Veritran; Jorge Mahía, director ejecutivo de B100; Benjamí Puigdevali, CEO de Imagin y Eduardo Prieto, Country Manager Spain de Visa.
Tanto desde el prisma más tecnológico -un pata ya inherente al sector-, como desde el de la banca digital (los conocidos como neobancos), hasta el modelo más tradicional, la agilidad y la adaptabilidad se torna como una de las características más importantes para no quedarse atrás, con un cliente que ha cambiado sus expectativas de la mano de la evolución tecnológica.