La hipertensión pulmonar es una enfermedad crónica que comporta una carga física y emocional en las personas que la padecen. Hasta un 40% de los pacientes sufren depresión tras ser diagnosticados de esta patología, según los expertos. En este contexto, más de 150 neumólogos y cardiólogos internacionales, junto con asociaciones de pacientes, se han reunido en la sexta edición del congreso IMPAHCT, organizado por la compañía farmacéutica Ferrer, para abordar las necesidades no cubiertas de esta enfermedad más allá de las estrictamente terapéuticas. En un total de 10 ponencias y mesas redondas celebradas a lo largo del fin de semana, expertos llegados a Barcelona de todo el mundo han remarcado la necesidad de dar visibilidad a la hipertensión pulmonar para que los profesionales sanitarios puedan ofrecer un acompañamiento óptimo a los pacientes. Un abordaje multidisciplinar es clave para mejorar su calidad de vida. Además, en el congreso también se ha presentado un estudio epidemiológico realizado en el Reino Unido para averiguar la prevalencia de la enfermedad entre la población. Los resultados revelan que la hipertensión pulmonar asociada a enfermedades intersticiales debería considerarse un trastorno de baja prevalencia y, por lo tanto, recibir la misma visibilidad que una enfermedad rara, ya que afecta a menos de cinco personas por cada diez mil habitantes. La falta de conocimiento de la enfermedad y su diagnóstico tardío son los retos que debe afrontar la comunidad médica para mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.