HONDURAS: Entrevista con “La Madrina” de los presos políticos

2024-04-22 0

Por Dick y Mirian (cámara) Emanuelsson

TEGUCIGALPA / 2010-05-20 / Cuatro presos políticos hondureños se encuentran detrás las rejas hace diez meses, acusados por un sistema judicial cuestionado en el mundo entero. Los presos son sindicados por haber realizado lo que el Poder Judicial dice ser “acciones terroristas”. El Frente Nacional de Resistencia Popular ha adoptados los presos y ha puesto los Abogados de la Resistencia para defenderlos en los juicios políticos que vienen.

Lo cuenta Bertha Ruth Amaya, vocera de CPPPR, el Colectivo de los Presos Políticos de la Plaza de la Resistencia, antiguamente Plaza la Merced al lado el Congreso Nacional en el corazón de Tegucigalpa.

A su lado hay una febril actividad de recolección de firmas para la “Declaración Soberana” en el trabajo por la Constituyente. Veinte metros más allá se encuentra la carpa de los jueces en huelga de hambre contra los despedidos de estos juristas que se negaron de avalar el golpe de estado militar y que además exigen que el Poder Judicial sea un poder literalmente independiente y no un apéndice del Poder fáctico en Honduras.

DE FAMILIAS MUY POBRES

En Honduras han sido detenidas más de 5.000 personas desde el 28 de junio 2009, el día en cuando se derrocó el presidente Zelaya y la democracia hondureña. Casi todos de ellos fueron puestos en libertad. Pero quedan muchos cuyos casos no han sido resueltos y corren el peligro de ser enjuiciados y sentenciados solo por el hecho de haber participado en las acciones pacificas de la Resistencia en su lucha para tumbar el régimen usurpador, parido por el golpe de estado militar.

En la cárcel de Támara se encuentran hace diez meses cuatro presos políticos; Marcos Alejandro Gutiérrez, Delmer Joel Martínez, German David Ávila y Humberto Castillo.

– Los hemos adoptado como nuestros hijos y luchamos por ellos y estamos tratando de sacarlos pero la Corte Suprema de Justicia no da oportunidad de hacerlo, dice Bertha Ruth.

Vienen de familias muy pobres por lo cual el pasaje de 60 lempiras (tres dólares) ida y vuelta es un gran costo por una familia pobre.