No solo es impostada la repentina indignación de Pedro Sánchez y el PSOE, ante la identificación pública y descarada de los dirigente de Bildu con ETA, sino que tiene fecha de caducidad: prescribe este lunes 22 de abril de 2024.
Por supuesto, que el marido de Begoña Gómez, el zote Patxi López, la atolondrada Pilar Alegría y comparsas saben perfectamente que sus socios proetarras son la versión ‘cool’ de la banda terrorista que ellos llevan años blanqueando.
Cómo no van a estar al tanto de que son los Otxandiano y camaradas quienes organizan los homenajes a los matarifes etarras, si hasta se han preocupado de retorcer la ley para que esos aquelarres no sean delito y fuerzan a la Guardia Civil a retocar sus informes para que facinerosos como Otegi desaparezcan de los sumarios como cómplices de asesinato.
Con el ceño fruncido y ese tono de bobo solemne que pone a la hora de las grandes mentiras, ha dicho Sánchez en Bruselas que “a las cosas hay que llamarlas por su nombre”.
Y a continuación, el autor de la frase “con Bildu no se acuerda nada”, ha soltado que ETA fue una banda terrorista.
Vamos a ver paisano…entonces, ¿por qué gobiernas abrazado a sus herederos en Navarra? ¿Por qué has redactado con ellos la Ley de Memoria Democrática? ¿Por qué los legitimas y los conviertes en tus más firmes aliados?
En el baremo de la hipocresía, este último rasgamiento de vestiduras socialistas no es ni novedoso ni llamativo.
Entra dentro de lo habitual.
El PSOE, que es el partido más ladrón de Europa, se dedica desde hace décadas a dar lecciones de honradez a todo el espectro parlamentario y singularmente al PP.
Los políticos socialistas, que ostentan el record occidental en puticlubs, diputeros, consumo de viagra y hasta de coca, son quienes más férreamente sujetan la pancarta contra la prostitución en los festivales feministas.
La banda del tipo capaz de vestirse de vendedor de helados y grabarse en el Valle de los Caídos con un telón de fondo de calaveras y fémures de muertos en la Guerra Civil, es el único partido político que hunde sus raíces en el espanto fratricida que ensangrentó España hace 90 años.
Creo sinceramente y en eso coincido con nuestro reportero Josue Cárdenas, que si se aplicase seriamente el engendro de la Ley de Memoria Democrática que ha elaborado al limón con los etarras, al PSOE -protagonista de matanzas a granel entre 1936 y 1939 y gestor al menos de 50 checas en el Madrid republicano- hay que ilegalizarlo.