El ataque de Irán a Israel ha provocado una alarma ante la posibilidad de una escalada bélica que origine el estallido de una Tercera Guerra Mundial.
La utilización de Lavender, el sistema de inteligencia artificial israelí que localiza y ataca a su objetivo, fue el tema de debate del programa ‘En boca de todos’ (Cuatro) de este 18 de abril de 2024.
El exdiputado podemita, Ramón Espinar, volvía a asumir el discurso de la extrema izquierda ‘olvidando’ a los terroristas de Hamás y criminalizando a Israel:
“Cuando el genocidio en Gaza termine y se juzgue a los responsables de lo que ha pasado, habrá que atender a cómo se ha organizado la muerte sistemática de los palestinos. Y la muerte sistemática de los palestinos no ha sido recomendada por un ordenador. La muerte sistemática de los palestinos se ha hecho utilizando la inteligencia artificial a partir de decisiones humanas. Son personas, son dirigentes israelíes los que deciden todos los días sobre quién bombardean y a quién matan. Y la responsabilidad, por tanto, es de esos seres humanos. Por cierto, afortunadamente, porque un mundo en el que sean las máquinas las que deciden quién vive y quién muere, es un mundo que da pánico”.
El periodista Antonio Naranjo devolvía a la realidad a Espinar al pasar por alto a los sanguinarios fanáticos de Hamás que siembran el terror en Gaza y utilizan a la población civil:
Antonio Naranjo: Sorprendentemente, se te ha olvidado, Ramón, que en esa cadena de responsabilidades de seres humanos o de la muerte de civiles en Palestina, está el gobierno de Gaza, es decir, Hamás. Que es quien los utiliza como escudos humanos, que es quien no les deja salir del país.
Ramón Espinar: ¿Todavía estamos en esa casilla?
Antonio Naranjo: No, no, es que lo que parece mentira es que después de haber visto lo que hemos visto de Irán, sigamos diciendo que la responsabilidad de lo que pasa en Gaza es de Israel. Eso lo defiende cualquier persona con ganas de que esto se solvente repartiendo las responsabilidades en las dosis correctas y como siempre sacáis de la ecuación a los terroristas que masacran a su propia población, que utilizan los hospitales como cuarteles generales.
A Ramón Espinar le sentó mal esta dosis de realidad.
