Terminaba yo mi anterior sermón con un pronóstico sombrío sobre las elecciones autonómicas en Cataluña y País Vasco.
Tenemos por delante, además de días de oprobio y vergüenza, un panorama político desolador, un calvario como Nación y Sociedad, del que no nos sacarán declaraciones bienintencionadas o cuentos chinos.
Habrá que hacer cosas distintas para que los resultados puedan ser diferentes.
Y la primera, esencial, es identificar el origen del mal.
Vienen tiempos nefastos para España y la causa, el germen, son Sánchez y este PSOE cada día más indigno, más hipócrita e inmoral.
El marido de Begoña y sus acólitos, arropados por la ‘Brunete Pedrete’ periodística, se rasgan desde unas horas las vestiduras porque el candidato de Bildu, un tal Otxandiano, se niega a calificar a ETA de banda terrorista.
Vaya por delante que la pregunta de si ETA es terrorismo es de una candidez insultante.
¿Qué otra cosa puede ser?.
Y lo fue y duró lo que duró y asesinó a 853 inocentes porque alrededor tenía a una parte numerosa de la sociedad vasca que la alimentó, la encubrió, la justificó y hasta la ayudó a matar señalando víctimas.
Es acongojante que ese sector, antaño minoritario aunque tuviera terminales importantes en el PNV, sea ahora mayoritario electoralmente.
Y todavía más estremecedor que se haya convertido en la fuerza hegemónica de esa región de España gracias a la complicidad interesada, claudicante y vomitiva del PSOE.
Como ETA ya no necesita matar para lograr sus objetivos, los de Bildu y su entorno ya no necesitan señalar blancos para sus pistoleros ni esconder a sus matarifes.
Lo único que precisan es blanquear y legitimar a la banda criminal, tarea en la que desde hace años colaboran entusiastas los socialistas, olvidando que entre los que recibieron un balazo mortal en la nuca hubo muchos de los suyos.
Y ahora, de repente, porque se nos vienen encima los comicios y un triunfo claro de los proetarras puede complicar las expectativas de Sánchez de seguir durmiendo en La Moncloa con el respaldo del PNV, van estos del PSOE y descubren el pasado sangriento de Bildu.
Años alimentando al monstruo, pasándole la mano por el lomo y dedicándole palabras cariñosas, para recordar súbitamente que el engendro es el heredero de ETA.
Cuando le entregaron la Alcaldía de Pamplona, era la excelencia progresista, una formación intachable, democrática.
No hace ni diez meses que el delegado del Gobierno Sánchez en Madrid, un tal Martín, afirmó rotundo que Bildu ha hecho más por nuestro país que "los patrioteros de pulsera", en alusión a PP y VOX.
Y lo volverán a decir los Patxi López, Pilar Alegría, Marlaska, Bolaños y cuadrilla, cuando pasadas las elecciones autonómicas y para que el jefe siga volando en Falcon, necesiten que los proetarras les ayuden con sus escaños.
Qué tremenda hipocresía, qué grimoso ejercicio de cinismo.
La cuestión no es si ETA fue una banda terrorista.
La pregunta de verdad es si es más indecente Bildu o el PSOE.
