Quienes duermen siestas de más de 30 minutos al mediodía tienen más probabilidades de ser obesos o sufrir hipertensión, según una investigación del Hospital Brigham and Women's. En ella se analizaron datos de 3.275 adultos españoles de Murcia (España). Las siestas más largas se asociaron con un Índice de Masa Corporal (IMC) más alto, una presión arterial más elevada y otros problemas relacionados con la diabetes y los accidentes cerebrovasculares. También sugirieron valores más altos de perímetro de cintura los que no hacían siestas largas. Sin embargo, los que hacían "siestas energéticas" cortas, de 30 minutos, evitaban estos mayores riesgos para la salud. Los investigadores creen que la duración de la siesta puede ser crucial tanto para la productividad laboral como para el bienestar general.