Este mes, Ucrania ha llevado a cabo su mayor ataque con drones hasta la fecha, dirigido contra dos valiosos yacimientos en la región rusa de Tatarstán. En Nizhnekamsk, una refinería de petróleo perteneciente a la compañía petrolera Tatneft resultó ligeramente dañada. El incendio posterior se extinguió rápidamente y, según los informes rusos, no hubo heridos ni se interrumpió la producción. Otro impacto se produjo en una planta industrial de Alabuga, que fabrica sus propias versiones de los drones iraníes Shahhed, llamados Geran. Según expertos militares, los drones rusos tienen mejores motores, mayor alcance, hacen menos ruido y son más difíciles de detectar. El ataque ucraniano no alcanzó la fábrica de drones en sí, sino un dormitorio donde viven los trabajadores de la fábrica, muchos de los cuales son estudiantes extranjeros obligados a trabajar. La fábrica de Alabuga es la única en la que Rusia puede producir drones Geran.