La Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín) desmanteló una banda criminal de Santa Marta que citaba a sus víctimas a través de redes sociales para robarlas y estafarlas; muchas de ellas fueron drogadas con escopolamina para que accedieran con facilidad a las pretensiones de los delincuentes.
Dicha banda, integrada por siete delincuentes, coordinaba los atracos vía telefónica. Muchas de sus llamadas fueron grabadas por la Policía Nacional como parte de la investigación y captación de material probatorio.
Las grabaciones son escabrosas y en varias de ellas se puede escuchar la violencia que ejercían sobre sus víctimas; además, en una de las llamadas uno de los ladrones confiesa que le disparó en la pierna a un ciudadano que se resistió al atraco.