Durante dos años, Mònica Oltra fue objeto de brutales ataques y argumentos reiterados de tertulias y portadas de periódicos, algunos de los cuales hoy, por cierto, omiten la información del archivo de la causa. Sin esa campaña que tenía, y es evidente, un objetivo exclusivamente político, ¿qué hubiera pasado en las elecciones? ¿Le van a pedir perdón todos aquellos que sin pruebas la acusaron de un delito que no cometió?