"Van a por nosotros" y "viene para acá", se advertían los agentes de la Guardia Civil entre ellos en un clima de mucha tensión, mientras se instaban a sacar sus armas para defenderse, momentos antes de que una narcolancha arrollase su embarcación el pasado 9 de febrero en el Barbate (Cádiz), matando a dos agentes e hiriendo a otros dos.