Más de una docena de estados de EE.UU. han sido declarados en alerta por la calidad del aire a medida que el humo de cientos de incendios forestales canadienses se extiende hacia el sur, proyectando una apagada palidez gris sobre el horizonte de las ciudades y llevando a las autoridades a instar a los residentes a permanecer en interiores.
