El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ordenó mezclar a los miembros de pandillas rivales en las celdas de las prisiones del país, en las que antes se encontraban separados para evitar riñas. La decisión se dio como una respuesta al alza en el número de homicidios en el país que, se presume, fueron ordenadas desde las cárceles durante el aislamiento obligatorio por COVID-19.