¿Ustedes son de los que alguna vez escucharon a su maestra de primaria contar la “indignante” y triste historia del “robo” del penacho de Moctezuma? ¿No? Bueno, recordémosla un poco, el llamado penacho de Moctezuma, que cuenta la leyenda no era de Moctezuma sino de un sacerdote, fue enviado al Rey de España por Cortés como ofrenda. Sin embargo, el navío fue asaltado en el camino, y por los azares del mercado negro terminó siendo comprado por un tal Fernando de Tirol en 1590, y por los siglos de los siglos ha pertenecido a Austria, lejos de su origen.
La buena nueva es que Austria y México están en negociaciones para ver si nos lo prestan un rato, (tal vez a las maestras de primaria se les salga una que otra lagrimita si esto se cumple, tal vez sólo a ellas, tal vez a todos). Sabine Haag, directora general del Museo de Historia del Arte de Viena, que integra al Museo de Etnología donde se expone la pieza, dijo que “desde hace algún tiempo se mantienen conversaciones con México para una cesión temporal”. Sin embargo, agregó que “no existe una petición oficial de devolución por parte de México. Esto tampoco ha sido un tema de las conversaciones”.
Así es, los expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia trabajan en conjunto con el Museo Etnológico de Viena para determinar cuáles serían las restauraciones y medidas necesarias que deberían tomarse para que el Penacho venga de visita a México. A partir de eso se decidirá si la visita es concedida o no.
¿Ustedes qué opinan? ¿Reclamamos lo que es “nuestro” o qué onda?, digo, tal vez es una especie de pieza mágica que hacía falta y que nos salvará de la destrucción total de Tenochtitlan.