Decenas de inmigrantes centroamericanos y activistas mexicanos comenzaron la tarde de hoy una marcha de a pie en el sureste de México, en protesta por los abusos contra los extranjeros indocumentados que buscan llegar a Estados Unidos.
Los manifestantes recorrerán, al lado de las vías del ferrocarril, entre 26 y 30 kilómetros, del poblado de Arriaga (Chiapas) a Chahuites (Oaxaca), después de que fracasara su intento de hacer este viaje a bordo del tren, conocido como "La Bestia", que utilizan los centroamericanos para internarse a México.
"Ahora empezamos a marchar,ya vamos caminando. Llegaremos tal vez a la medianoche", dijo a Efe el sacerdote Heyman Vázquez, quien dirige el albergue para centroamericanos Hogar de la Misericordia en Chiapas.
Durante la marcha, los participantes han exhibido pancartas que denuncian las violaciones a los derechos de los migrantes, los abusos de autoridad y las redadas de los cuerpos de seguridad y los secuestros de indocumentados.
"Mañana al mediodía comenzaremos una procesión en Chahuites, en el que expresaremos nuestra protesta", explicó Vázquez.
Chahuites es el lugar donde presuntamente el crimen organizado secuestró en diciembre pasado a medio centenar de centroamericanos, cuyo paradero aún se desconoce.
Originalmente la marcha iba comenzar esta mañana en el tren "La Bestia", sin embargo una avería obligó a los activistas a posponer su inicio, y a tomar la decisión de realizar el trayecto a pie.
Entre los que participan en la marcha hasta Chahuites están el sacerdote Alejandro Solalinde, que dirige un albergue y denunció recientementeun secuestro masivo de migrantes, y la activista Elvira Arellano, que se convirtió en símbolo de los sin papeles tras pasar un año refugiada en una iglesia de EE.UU. para evitar ser deportada.
Por su parte, las autoridades federales ordenaron a las corporaciones policiales garantizar la seguridad de lo activistas en su paso entre Chiapas y Oaxaca.
La Secretaría de Gobernación ordenó al Instituto Nacional de Migración (INM) suspender los operativos en contra de los inmigrantes en esta zona, con el fin de resguardar la integridad de los centroamericanos.
Asimismo, indicó que mantiene una vigilancia para garantizar la seguridad de los activistas y miembros de las organizaciones civiles que participan en la marcha.
Esa zona se ha convertido en peligrosa, pues no solo operan traficantes de personas y asaltantes de inmigrantes sino también narcotraficantes.
Los reclamos de la marcha "Paso a paso hacia la paz" se dirigen tanto contra los secuestros, agresiones y extorsiones de los cárteles del narcotráfico, como a la falta de acción de las autoridades mexicanas y a los violentos operativos de la Policía federal contra de los indocumentados.
Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, Defensoría del Pueblo), en 2010 fueron secuestrados en México unos 20.000 inmigrantes por parte del crimen organizado, que le exige a sus familiares el pago de rescate o los obliga a trabajar con ellos como sicarios.
