Vía multidisciplinaria: El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es mejor abordado mediante un enfoque integral que combina terapias psicológicas y, en algunos casos, medicación.
Terapia conductual: La terapia conductual es esencial para tratar el TDAH, pues al enfocarse en modificar los patrones de comportamiento, busca fortalecer habilidades sociales, mejorar la organización y fomentar estrategias efectivas para afrontar desafíos.
Terapia cognitivo-conductual: La terapia cognitivo-conductual se centra en identificar y cambiar patrones negativos de pensamiento y comportamiento, y ayuda a quienes tienen TDAH a manejar los impulsos, mejorar la autoestima y enfrentar desafíos cotidianos.
Terapia psicoeducativa: La terapia psicoeducativa proporciona información y comprensión sobre el TDAH, tanto para el individuo como para su entorno, lo que facilita estrategias para manejar las dificultades asociadas y promueve la empatía en el entorno social.
Habilidades sociales: El entrenamiento en habilidades sociales se enfoca en mejorar la interacción social, la comunicación y la resolución de conflictos, promoviendo relaciones más saludables, algo útil pues el TDAH puede afectar las habilidades sociales.
Farmacoterapia: En algunos casos, se recurre a la farmacoterapia. Medicamentos como estimulantes o no estimulantes pueden ayudar a mejorar la concentración y controlar los impulsos. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente supervisado por profesionales de la salud.
Terapia familiar: La terapia familiar aborda los desafíos del TDAH en un contexto más amplio. Involucra a la familia en el proceso terapéutico, educándolos sobre el trastorno y proporcionando estrategias para ofrecer un apoyo más efectivo.
Adaptaciones ambientales: Hacer adaptaciones ambientales es crucial ya que crear entornos estructurados, minimizar distracciones y establecer rutinas predecibles son estrategias clave para facilitar el funcionamiento diario de quienes viven con TDAH.
Enfoque multimodal: El enfoque multimodal, que combina diversas estrategias terapéuticas también es comúnmente empleado, e integrar terapias psicológicas con medicación y ajustes ambientales maximiza la eficacia del tratamiento.
Autogestión: La autogestión es un componente esencial del tratamiento del TDAH. Al desarrollar estrategias individuales, como la planificación y la autorregulación, se empodera a quienes tienen TDAH para que puedan enfrentar los desafíos de manera proactiva.
Coaching y mentoría: El coaching y la mentoría ofrecen apoyo personalizado, proporcionan orientación en la implementación de estrategias, fomentan el establecimiento de metas y ayudan a superar obstáculos diarios.
Tratable, mas no curable: Es crucial comprender que el TDAH es tratable pero no curable. Aprender a vivir con el trastorno, gestionar sus desafíos y celebrar los éxitos a lo largo del tiempo es parte fundamental del proceso de tratamiento.