La vacunación es una medida de prevención de salud pública que juega un papel crucial para salvar vidas. Siendo su valor incuestionable, los expertos señalan que se pueden realizar avances para minimizar su impacto medioambiental. Con el objetivo de buscar soluciones que ayuden a reducir la huella que generan las campañas de vacunación, la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), en colaboración con el Observatorio de contratación pública y con el apoyo de Sanofi, han presentado un informe que destaca cómo desde la contratación pública se puede contribuir a un modelo sanitario más sostenible.
Los expertos coinciden en que la huella de carbono que producen las campañas de vacunación podría reducirse fomentando una compra eficiente y sostenible. La colaboración pública-privada puede ser clave para reducir este impacto medioambiental.
El uso de plástico en los envases, la sobreproducción y destrucción de vacunas y agujas no utilizadas o el consumo energético asociado al transporte y refrigeración son algunos ejemplos del impacto de las campañas de vacunación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha empezado a tomar medidas para lograr un sistema de salud más sostenible, ya que sólo el sector sanitario produce el 4,5% de las emisiones totales.
Los profesionales también pueden contribuir a la reducción del impacto medioambiental de las vacunas.
Algunas de las medidas recogidas en el informe como el uso de envases libres de plástico podrían suponer un ahorro de hasta 92 toneladas de residuos.
