Ucrania ha llevado a cabo exitosamente ataques con drones contra objetivos industriales rusos, incluidas instalaciones petrolíferas, muy por detrás de la línea del frente.
Algunos ataques se realizaron incluso a una distancia de 1.000 kilómetros, lo que indica que se usaron drones de largo alcance.
Rusia aún no parece ser capaz de proteger adecuadamente sus numerosas instalaciones industriales de esta nueva amenaza.
Sin embargo, no todo son victorias para los ucranianos, ya que las fuerzas rusas consiguieron debilitar las posiciones ucranianas en Avdíivka.
La escasez de municiones en algunas secciones del frente está dificultando gravemente la artillería ucraniana, mientras Rusia sigue llevando a cabo ataques aéreos, incluso con armas químicas.
Se sospecha que Rusia puede estar midiendo las respuestas al uso limitado de armas químicas, lo que entraña el riesgo de una nueva escalada.