En su patético empecinamiento por seguir durmiendo en La Moncloa, el socialista Sánchez ha inventado ahora el ‘terrorismo bueno’.
Supongo que todos ustedes han visto las espeluznantes imágenes de 2017, cuando los violentos CDR separatistas machacaban a pedradas a los antidisturbios de la Policía Nacional, a los que el Gobierno español maniató prohibiéndoles usar pelotas de goma y gas lacrimógeno.
En las algaradas del ‘procés’ fueron heridos 132 agentes, alguno de ellos con secuelas de por vida.
Pues ahora, el Ejecutivo Frankenstein, para complacer a Puigdemont y sus golpistas y asegurarse de que el jefe del PSOE y colegas siguen chupando del bote, asume que los comandos ‘amarillos’ que asolaron Barcelona aquellos días, no pretendían hacer mucho daño a los uniformados.
Como si no tuvieran bastante con vulnerar la Constitución, los mismos que hace menos de una semana y ahí están las palabras del macarra Oscar Puente, las del zote Patxi López o las del canapero Bolaños, aseguraban cejijuntos que la amnistía a los terroristas era una ‘línea roja’ que no se puede cruzar en una democracia, reinventar ahora el Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal, para que sus socios catalanes no les riñan.
Con este hallazgo jurídico-lingüístico, los claudicantes del PSOE se hermanan definitivamente con los proetarras abertzales.
Si tienen estómago, dediquen unos minutos a ver en TVE y los medios del régimen las contorsiones que realizan, tratando de justificar lo injustificable, y comprobarán que los socialistas asumen a pies juntitas -ahora para Cataluña pero enseguida en el País Vasco- el discurso de Otegi y sus matarifes: no querían atentar, pero se vieron forzados y asesinaron ‘sin mala intención’.
No tienen un pase.
Lo que es o no delito en España lo deciden los delincuentes.
Los racistas, los sectarios, los listillos que mandan en Junts, en ERC y en Bildu.
Lo de Sánchez, López, Bolaños, Puente y camaradas del PSOE, es sólo un papel de subordinados.
¿A alguien le queda alguna duda de que Sánchez es un pelele en manos de Puigdemont?