Los científicos de la organización Krafla Magma Testbed (KMT) confían en poder aprovechar los volcanes como fuente casi ilimitada de energía limpia.
KMT, que toma su nombre de la caldera volcánica de Krafla, al noreste de Islandia, sigue adelante y espera superar los avances obtenidos en una expedición anterior.
Los expertos intentaron perforar una de las cámaras magmáticas de Krafla en el año 2000, en un intento de explorar posibles opciones de energía geotérmica.
La perforción llegó accidentalmente a la cámara, donde las temperaturas de 450 °C destruyeron el pozo.
Algo que los científicos aprendieron del experimento fallido fue que perforar una cámara magmática no provoca la erupción de un volcán.
"Ser capaces de entrar en la corteza y tomar muestras de magma nos aportaría enormes conocimientos. Esperamos poder tener una medición directa al menos de la temperatura, algo que nunca se ha hecho antes", declaró Hjalti Páll Ingólfsson, de KMT, en New Scientist.
Entre los retos que quedan por delante está la creación de taladros y sensores que puedan sobrevivir al intenso calor y la presión de la cámara.
Con la perforación de un segundo pozo prevista para 2028, los científicos esperan utilizar el agua increíblemente caliente y la presión para accionar turbinas.
Ingólfsson añade: "Las posibilidades son infinitas. Lo único que tenemos que hacer es aprender a domar a este monstruo".
