Los halcones superan los 300 kilómetros, los guepardos alcanzan los 110 kilómetros por hora galopando sobre la tierra. En los mismos lugares, junto a esos deportistas de élite, descubrimos algunos seres que viven inmersos en una lentitud que se nos puede antojar irritante.
¿Cómo puede la naturaleza apostar por dos proyectos tan distintos, por dos formas de vida tan contradictorias? Velocidad y lentitud significan cuerpos distintos, vidas contrapuestas, evolución contradictoria. Puede parecer una lucha injusta donde los más rápidos, los más veloces, son los ganadores. Pero no siempre es así. Las sorpresas son continuas.