La técnica de milk punch da origen a cócteles que han deleitado paladares desde finales del siglo XVII hasta nuestros tiempos. Es más que una simple mezcla de licores, lácteos y ácidos. Es una técnica que destaca la calidad y la durabilidad de las creaciones, permitiendo su preparación con anticipación para disfrutar en cualquier momento de ellas. El proceso consiste en cuajar la leche, reduciendo el pH (tradicionalmente utilizando jugo de limón o lima), y se eliminan los sólidos lácteos a través de la filtración (tradicionalmente utilizando gasa, actualmente utilizando un filtro de café). El resultado es una bebida transparente con mayor riqueza y cuerpo.