Los titulares son para partirse la caja.
‘Sánchez se rodea de leales’. ‘Sánchez renuncia a los perfiles técnicos’. ‘Sánchez apuesta por un Consejo de Ministros duro´.
No señores, no. Lo que ha montado el socialista Sánchez es un multitudinario Gobierno de mastuerzos, con un macarra que es ese tal Óscar Puente y alguna lela.
Entre los tarugos y zoquetes que conforman la reedición ampliada del Ejecutivo Frankenstein, creo que nos dará tardes de gloria Sira Rego, nueva ministra de Juventud e Infancia.
La principal aportación social y política de la tipa, que cubre la cuota de Izquierda Unida una vez defenestrado el inefable Alberto Garzón, fue en su día, siendo concejal de Urbanismo y Ciudad Sostenible de Rivas-Vaciamadrid, cambiar el sentido de 15 rotondas de este municipio madrileño, para que los vehículos entraran por la izquierda, en lugar de por la derecha, como ordena el Código de Tráfico y aconseja el sentido común.
Comparado con la Ley Animal, La Trans y otras gracias de Irene Montero y la Banda de la Tarda, que además de 1.200 violadores beneficiados por su ‘Si es Si’ nos dejan un aumento notable del número de mujeres asesinadas por sus parejas, lo de la comunista Sira y las rotondas parece una chuminada.
En cualquier caso, ojo al parche: se empieza con estupideces como esa y se termina internando a los disidentes en campos de concentración o liquidándolos en la Cheka.
El pasado septiembre, Sira votó en el Parlamento Europeo en contra de la deportación de niños ucranianos a Bielorrusia, para ser internados en centros de rusificación.
Y es reincidente y perseverante la paisana. De los 705 europarlamentarios, solo 21 se negaron a condenar la masacre perpetrada por los terroristas Hamas en Israel el 7-O .
De esos 21, sobresalen dos que son ahora ministros de Sánchez: Ernest Urtasun, el catalán de Sumar al que han colocado en Cultura y la tal Sira Rego.
No voy a entrar en detalles sobre la composición del Gabinete, el formato ‘lotería’ en que fueron anunciadas las carteras o lo que harán, porque ahí quien manda es el golpista Puigdemont y los que marcan el tono son los meapilas del PNV y los proetarras de Bildu.
El futuro de España, señores, no se decide en La Moncloa. Se ventila clandestinamente entre Waterloo y Ginebra,
El PSOE negoció la Presidencia en tierras belgas con un prófugo de la Justicia y pastelea ahora en Suiza el referéndum independentista en Cataluña, con cuatro mediadores internacionales anónimos, como si España fuera el Ulster de los cocidas del IRA o la Colombia de los narcoguerrilleros de las FARC.
Y todo a oscuras.