¿Cómo nos afecta?: El estrés y la ansiedad son reacciones normales del cuerpo ante situaciones difíciles o amenazantes. Sin embargo, cuando se vuelven crónicos o excesivos, pueden afectar negativamente nuestra salud física y mental.
Cambia de perspectiva: Una forma de reducir el estrés y la ansiedad es identificar y modificar los pensamientos negativos o irracionales que los generan. Por ejemplo, podemos cuestionar la evidencia, buscar alternativas, evaluar las consecuencias o usar el humor.
Practica técnicas de relajación: Esto nos ayuda a calmar el cuerpo y la mente. Algunas de estas técnicas son la respiración profunda, la meditación, el yoga, los masajes o la música relajante.
Cuidar tu salud física: Pues sí, el cuerpo influye en la mente. Por eso debemos llevar una alimentación equilibrada, evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, dormir lo suficiente y hacer ejercicio regularmente.
Aprende de orden: Organizar nuestro tiempo y saber priorizar nuestras tareas es realmente útil. Podemos hacer una lista de lo que tenemos que hacer, establecer plazos realistas, delegar lo que podamos y decir no a lo que no podamos.
No huyas más: Debemos aprender a afrontar los problemas de forma constructiva y buscar soluciones en lugar de evitarlos o lamentarnos. Podemos analizar la situación, generar opciones y evaluar los pros y los contras para así elegir la mejor y ponerla en práctica.
No te escondas: Es bueno expresar nuestros sentimientos y emociones de forma adecuada, ya que esto nos ayuda a liberar la tensión y a sentirnos mejor. Podemos hablar con alguien de confianza, escribir un diario, dibujar, pintar o hacer cualquier actividad creativa.
Mira el vaso medio lleno: Cultiva el optimismo y la autoestima, ya que esto nos ayuda a ver el lado positivo de las cosas y a valorarnos a nosotros mismos. Podemos practicar la gratitud, el elogio, el perdón y el auto-respeto.
Balance personal: Es importante tener un equilibrio entre el trabajo y el ocio, ya que esto nos permite desconectar de las obligaciones y disfrutar de la vida. Podemos dedicar tiempo a nuestras aficiones, a nuestra familia, a nuestros amigos y a nosotros mismos.
No estás sole: Debemos buscar apoyo social cuando lo necesitemos, ya que esto nos ayuda a sentirnos acompañades y comprendides. Podemos recurrir a nuestra pareja, familia, amigues, compañeres o a profesionales en caso de ser necesario.
Acepta los cambios: Practica la aceptación y la adaptación, ya que esto nos ayudará a asumir lo que no podemos cambiar y a adaptarnos a las nuevas circunstancias. Podemos enfocarnos en lo que podemos controlar y ser flexibles.
No hay emociones malas: Debemos recordar que el estrés y la ansiedad no son enemigos, sino señales de que algo no está funcionando bien en nuestra vida. Por lo tanto, debemos usarlos como oportunidades para aprender, crecer y mejorar.