El 4 de octubre de 1994, un vuelo de carga despega de Ámsterdam con destino a Tel Aviv. Minutos después, los dos motores del ala derecha se desprenden, causando un grave daño al borde de ataque y las líneas hidráulicas. Los pilotos intentan volver al aeropuerto con dificultades para maniobrar y cuando están cerca de la pista de aterrizaje pierden el control y se estrellan en un edificio de departamentos. Mueren las 4 personas a bordo y 39 en el edificio.