A medida que bajan las temperaturas y nos adentramos en los fríos meses de invierno, es importante tomar precauciones para evitar inquilinos indeseados.
Los ratones son bichos ingeniosos que caben por un agujero del ancho de un lápiz.
El primer paso para asegurarse de que no hagan suya su casa es inspeccionar el perímetro de la misma, buscando grietas y agujeros.
No olvides revisar zonas como los cimientos cercanos al suelo y el tejado, así como sus ventanas, puertas y respiraderos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que también revises los áticos, los sótanos y detrás de los electrodomésticos de toda la casa.
Si ves algún punto de entrada, es crucial que tape los huecos con masilla para exteriores en el exterior de la casa.
En el interior, rellena el agujero con lana de acero y utiliza masilla o espuma en aerosol para mantenerlo en su sitio.
Los agujeros más grandes pueden requerir cemento, planchas de metal o listones metálicos.