Las personas adictas a la marihuana tienen un 60% más de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o un ictus que las que no lo son.
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Calgary, en Canadá, donde analizaron a casi 60.000 canadienses durante ocho años.
A la mitad de los participantes se les había diagnosticado un trastorno por consumo de cannabis.
Entre los que padecían este trastorno, el 2,4% había sufrido enfermedades cardiovasculares por primera vez, frente al 1,5% del otro grupo.
Los investigadores creen que la marihuana puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares de varias maneras.
Una posibilidad es que la marihuana aumente la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular.
Otra posibilidad es que la marihuana dañe los vasos sanguíneos, lo que puede dificultar que el corazón bombee sangre correctamente.
Además, la marihuana puede aumentar el colesterol LDL, que se conoce como colesterol "malo", y disminuir el colesterol HDL, que se conoce como colesterol "bueno".