Un oso pardo, atrapado en un bidón de plástico

2023-09-15 1

Entre tanta vegetación es difícil localizarlo, pero finalmente los agentes dan con él. Le disparan un calmante y 12 minutos después el oso, de casi 100 kilos, entra en un profundo sueño. Hay que actuar rápido porque realmente los veterinarios no saben en qué estado se encuentra. Lleva días sin comer ni beber y entrándole poco oxígeno en los pulmones. Con mucho cuidado consiguen cortar el plástico y despejan la cabeza del animal. Comprueban minuciosamente su estado de salud, lo hidratan y es momento de colocarle un collar para geolocalizarlo posteriormente y tenerlo controlado. Respira plácidamente, pero por seguridad lo tienen sujeto con una cadena. Le toman muestras, activan el geolocalizador y los veterinarios se marchan a esperar a que la anestesia deje de hacer efecto. Minutos después, este macho de oso pardo se despierta liberado.

Free Traffic Exchange