Lucy Letby ha sido condenada a pasar el resto de su vida en prisión tras matar a siete bebés e intentar matar a otros seis.
La enfermera trabajaba en la unidad neonatal del Hospital Countess of Chester y se dedicó a matar bebés durante un año.
Letby actuaba inyectando aire por vía intravenosa y administrando leche en el estómago mediante sondas nasogástricas.
Interfería los tubos de respiración y en algunos casos infligía traumatismos.
Los padres de sus víctimas la calificaron de "malvada" y "cobarde" tras negarse a comparecer en la vista de sentencia.
A ella acudieron los padres de las diferentes víctimas que Lucy se había cobrado.
El juez afirmó que sus acciones habían privado a unos padres amorosos de poder criar y querer a sus hijos .
Actuó de forma totalmente contraria al instinto humano de criar y cuidar a los niños. Violó la confianza que todos los ciudadanos depositamos en los médicos y enfermeros, afirmó el Juez Goss.
La mujer ha sido condenada a 14 cadenas perpetuas, una por cada una de las víctimas que sufrieron daños mientras estaban
bajo su cuidado.