Lo primero, antes de iniciar el ‘sermón’ de hoy, es subrayar que si PP y VOX siguen haciéndose la puñeta, en vez ponerse de acuerdo para cargar contra la peste que nos ha caído encima, más les valdría cerrar la tienda.
Como a los de Abascal no se le puede imputar haber metido inocentes en zulos y pegarles balazos en la nuca o haber saqueado cientos de millones de las arcas públicas, se les acusa de ‘machistas’ y ‘homófobos’, pero no son ellos quienes han sacado a la calle a 117 violadores.
Tampoco han tenido en sus filas una ministra de Justicia que llamaba maricón a Marlaska, para deleite del pastoso comisario Villarejo o intentado comprar votos y amañar elecciones.
El error más garrafal del PP en la campaña del pasado 23J fue acomplejarse.
Asumir como propios los argumentos y eslóganes de esa izquierda que se abraza a los terroristas de ETA y considera ‘progresistas’ a los racistas y xenófobos independentistas catalanes.
Calculo que el desbarre histérico de la extremeña Guardiola contra VOX, durante sus dos días de sumisa peregrinación por LaSexta, El País, Cadena SER y otros pudrideros periodísticos, le costó a Feijóo unos15 escaños.
Y el drama es que estos panolis no aprenden.
Ya hay acuerdo entre los de Feijóo y los de Abascal, para investir al popular Jorge Azcón como presidente de Aragón.
VOX entrará en el Ejecutivo aragonés asumiendo dos consejerías, una de ellas con rango de vicepresidencia y la pregunta que se estará haciendo todo el que tenga dos dedos de frente es por qué han tardado 68 días en cerrar el único pacto posible, razonable y conveniente.
Se confirma que los proetarras de Bildu seguirán siendo la mano que mece la cuna del Gobierno socialista navarro, mientras PP y VOX continúan dándose por saco en Murcia.
Y en Ceuta, donde los populares lamen la mano al PSOE para se alíe con ellos, algo que ha prohibido el propio Sánchez.
Todavía no han entendido los de Feijóo que en Ceuta, sumando con los 5 escaños de VOX, llegan con holgura a la mayoría absoluta.
Y que en el futuro no les queda otra, a ellos, a los de Abascal y a España, que ir en bloque, firmando un programa mínimo y en listas conjuntas, aunque después monten grupos parlamentarios separados y sigan siendo dos partidos distintos y a veces distantes.
Señores, lo que está en juego es España, así que pónganse las pilas.
Sánchez, ademas de necedades como instaurar un sistema en Congreso por el que los diputados tendrán que usar traductor simultáneo para entenderse entre ellos, con lo sencillo que es hacerlo en castellano, entregará a Otegi y Puigdemont hasta a su mujer, si se la exigen.
De aperitivo ya ha ofrecido perdonarle la deuda a Cataluña, lo que significa que todos los demás seremos más pobres.
Los 70.000 millones de euros que, para garantizarse la continuidad en La Moncloa, regalará Sánchez a los sediciosos catalanes equivalen, por ejemplo, a las pensiones que reciben todos los madrileños durante tres años.
Como reza ese sobrio mensaje que corre como la pólvora por