Las altas temperaturas no solo nos hacen sudar y tener sed, también pueden afectar nuestra salud mental.
Varios estudios han relacionado el calor del verano con la agresividad, la violencia, el acoso escolar y las crisis mentales.
Se ha demostrado que el calor aumenta la cantidad de hormonas que causan estrés y ansiedad.
Cuando la temperatura supera los 32 °C, los índices de acoso escolar aumentan.
El calor extremo puede afectar a nuestro estado de ánimo general y hacer que seamos menos propensos a experimentar emociones positivas, como la alegría.
Cuida tu cuerpo y mente cuando haga calor. Bebe mucha agua y busca formas de mantenerte fresco.
Dormir puede ser difícil con calor, pero prueba a poner un ventilador en tu habitación o enfriar las sábanas antes de acostarte.
Afortunadamente, las molestias e incomodidades relacionadas con el calor pueden resolverse y desaparecer.