Por el bien de España, dónde tiene que ir el PSOE tras el 23J no es al psiquiatra -como sugiere de vez en cuando Carlos Herrera- sino al cementerio, a la basura.
Que no se me distraiga el personal y crea que esto se arregla echando a ‘Pinocho’ Sánchez, como vamos a hacer en las próximas elecciones generales, y renovando cargos y caras en las estructuras socialistas.
El germen del mal, el problema de verdad, es el PSOE, la estructura, la organización, la empresa, el montaje, que ha dejado de ser un partido proespañol y que, con sus 6,7 u 8 millones de votantes, sus alcaldes, sus diputados y sus barones autonómicos, da sustento, cobijo y fuerza a los zarrapastrosos, sectarios, fanáticos, proetarras y golpistas.
Hace unos días, Herrera entrevistó en la COPE a Juan Alberto Belloch, ex ministro de Justicia e Interior con Felipe González.
Con voz cansina, Belloch afirmó que Sánchez es el peor presidente que ha tenido este país llamado España y que tropelías, como cepillarse la sedición y la malversación, desprestigian a la política y a quien lo practica.
Sobre todo cuando se perpetran con el único objetivo de garantizarse el voto de partidos como Bildu o ERC, para poder seguir durmiendo en La Moncloa.
Le preguntaron entonces a Belloch a quien votará este 23J y el antiguo biministro confesó que a Sánchez, que a la hora de la verdad cogerá la papeleta del PSOE y la meterá en la urna.
Hará lo mismo que Page, Lambán, Vara, Margarita Robles y miles de alcaldes, diputados, concejales y hasta militantes ramplones, porque hace tiempo que los socialistas interiorizaron colectivamente que si, para chupar del frasco y disfrutar del sillón o el chiringuito, es necesario chalanear con ETA, pastelear con los separatistas y resucitar los demonios de la Guerra del 36, se hace y listo.
Apenas un día después de que Belloch se confesará con Herrera, apareció en escena el popular Elías Bendodo afirmando que PP logrará una mayoría ‘amplia y suficiente’, al tiempo que abogaba por alcanzar pactos con el PSOE en "cuestiones de estado”.
Imagino que será táctica, una pose del coordinador general del PP para no espantar a supuestos votantes socialistas moderados, que podrían respaldar a Feijóo el 23J, pero la idea de que se pueden derogar la censora Ley de Memoria Histórica, el bodrio Trans o el engendro Animal al alimón con los mamarrachos que las promulgaron e impulsan, no tiene ni pies ni cabeza.
Sánchez y el PSOE son lo mismo.
No hay un Partido Socialista ‘bueno’ diferente del ‘sanchista’.
‘Pinocho’ Sánchez es sólo el mascarón de proa de un partido impregnado de amoralidad.
No hay arreglo posible.
O los enterramos o el PSOE y sus cómplices nos entierran a todos y con nosotros a España.