Al menos 667 personas fueron detenidas en la noche del jueves al viernes en Francia, la tercera consecutiva de disturbios tras la muerte de un joven en Nanterre por un tiro de la policía cuando trataba de huir de un control.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, dio esa cifra en un mensaje en su cuenta de Twitter y la relacionó con las instrucciones de "firmeza" que había dado.
Darmanin, que había desplegado 40.000 agentes para tratar de evitar que se reprodujeran los altercados, destacó que policías, gendarmes y bomberos tuvieron que "afrontar una violencia infrecuente".