Saber perdonar
Decía Jorge Luis Borges que "con el tiempo cualquiera puede aprender a ofrecer una disculpa pero que perdonar solo es cosa de almas grandes".
Socialmente hay muchas veces que podemos hacer daño o molestar sin querer -por acción u omisión-. Aunque también hay personas que "dañan" a otras personas de forma intencionada.
Perdonar no es un acto de debilidad, sino todo lo contrario, es un acto de fortaleza porque hay que utilizar muchos valores como el de la generosidad, el del altruísmo, el de la empatía, etc.
La conocida frase de "perdono pero no olvido" no es del todo cierta. Cuando perdonamos a alguien no quiere decir que nos reconciliemos con esa persona pero si que requiere que olvidemos todo tipo de acciones, de recriminaciones, etc. que tenemos en nuestra cabeza. Olvidar no es borrar sino dejar de pensar negativamente sobre cómo causar algún tipo de daño a la otra persona o dejar de alegrarnos de algo malo que le pueda pasar a esa persona. Perdonar y olvidar van de la mano.
No es lo mismo la venganza que la justicia. El perdonar algo que pasó hace que vivamos más liberados, que vivamos sin tanto sufrimiento. Desear que otra persona sufra lo mismo que hemos sufrido nosotros no aporta ninguna solución ni nos quita sufrimiento. No nos liberamos del dolor sufrido por desear algún tipo de mal para la persona que nos ha causado algún tipo de daño. Una cosa es pedir justicia, pero no venganza.
Patricia Ramírez nos presenta un modelo de perdón denominado REACH
1. R. Recuerda. Recordar la emoción que sentimos cuando estábamos amenazados.
2. E. Empatiza. Empatizar con nuestro ofensor. Hay que ponerse en el lugar del otro y entender lo que ocurrió en aquel momento o situación.
3. A. Altruismo. La conducta altruista nos beneficia a todos, nos aumentan los niveles de bienestar.
4. C. Compromiso. Establecer un compromiso con el perdón. Poner fecha para perdonar y olvidar. Poner un día para cerrar algo que no está molestando e incluso haciendo daño.
5. H. Hold. Sujeción. Crearse anclajes, puntos de amarre para ser cada vez más fuertes. Potenciar nuestras habilidades para ser más fuertes antes situaciones adversas.
¿Todo se puede perdonar?
Depende. El perdón para una causa que debe castigarse por medio de la justicia no es lo mismo que el perdón personal que se hace para tranquilidad de uno, para vivir sin rencor sin sufrimiento, sin recrearse en lo que nos han hecho. Pero eso no quiere decir que no haya un "castigo" si esa daño fuera punible.
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Patricia Ramírez Loeffler, colaboradora habitual del programa de RTVE "A punto con la 2" nos da una serie de consejos para saber perdonar y evitar vivir con la amargura del rencor.
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