Como alguno de ustedes andará confuso o al menos sorprendido, conviene aclarar por qué Pedro Sánchez se ha ido a ver a Carlos Alsina y dentro de nada estará con Pablo Motos.
Es parte de una maratoniana tournée que no incluye, de momento, a Carlos Herrera o Ana Rosa Quintaba, aunque todo es posible.
A un mes de las elecciones generales, el tramposo Sánchez da un giro radical a su estrategia propagandística.
Descartados los mítines con figurantes o los paseos callejeros, que siempre terminan con el ‘que te vote Txapote’ y viendo que los vídeos con jugadores de petanca seleccionados en la Agrupación Local de jubilados socialistas no tienen efecto alguno, el ‘okupa’ de La Moncloa acepta, por fin, entrevistas más allá de TVE o Cadena SER, donde tiene garantizado el masaje a manos de Xavier Fortes o Angels Barceló.
¿Y a qué viene la súbita hiperactividad sanchista?
Pues a varios factores, entre los que están la desmoralización de la izquierda, tras el batacazo en autonómicas y municipales y, sobre todo, las encuestas, que pintan color de hormiga el futuro de la Coalición Frankenstein.
¿Le funcionará la gira a Sánchez? ¿Sacará Doctor Fake beneficios de su tour por los platos de radio y televisión no afines al Régimen?
Yo lo dudo, porque exponerse entraña riesgos y grandes como quedó patente en Onda Cero.
Alsina se limitó a poner a Sánchez frente al espejo. No le hizo falta más.
Y lo dejó patas arriba cuando le soltó eso de “¿y entonces por que nos ha mentido tanto?”.
A partir de ahí, el jefe del PSOE sólo circuló cuesta abajo, sin frenos y en calzoncillos.
En un hipócrita ejercicio de funambulismo, Sánchez hasta atacó a Irene Montero, diciendo que había intentado ‘disuadirla’ para que no sacase adelante la ‘Ley del Si es Si’.
Como si a la parienta de Iglesias se le hubiera ocurrido la pifia sola o no hubiera necesitado permiso de Sánchez y que el Gabinete en pleno votara a favor.
Lo mismo que hizo con su delegado en Madrid, soltando que sus nauseabundas declaraciones a favor de los etarras de Bildu le parecieron desafortunadas.
El infausto Martín solo dijo en voz alta lo que piensan Sánchez y sus cómplices y prueba de ello es que sigue en el cargo.
A estas alturas, a un mes de las generales, da igual lo haga el ‘Señor de las Trolas’.
Hombres, mujeres, niños y cualquiera que tenga dos dedos de frente y una pizca de dignidad sabe quien es el responsable de la Ley Okupa, la Animal, la Sueltavioladores, el indulto a los golpistas catalanes y el abrazo a los terroristas etarras.
Concluyó Sánchez musitando que el PSOE es una organización “que merece un respeto".
No, Pedro, no: el PSOE es el germen del mal, un entramado sin alma, entregado a lo peor de España, donde prosperas tu, los Tito Berni, los estafadores de los ERE, los Patxi Lopez y yerbas parecidas.
Alsina ha dejado el listón bastante alto, sin tirar de epítetos ni levantar la voz.
A ver ahora que hacen Motos y el resto de figuras periodísticas, porque lo tienen a huevo.