Miguel Ríos fue Gatopardo hace cuatro años y por aquel entonces ya nos dijo que iba a retirarse. Igual había alguien confiado, pero el resto pensamos lo que ha terminado pasando: que no se bajará de los escenarios mientras el cuerpo aguante. Ya sabéis lo que dicen de los viejos rockeros, que nunca mueren; aunque, para desgracia de todos, eso no va a ser posible. Él lo tiene claro, por lo menos desde que dejó de ser creyente: "Dejé de creer que éramos seres finitos y supe que no hay más que lo que hay aquí, así que pensé que lo mejor que puedes hacer es recoger la siembra en vida".
Y se lo está tomando en serio, haciendo caso omiso a las peticiones de su madre: "Me dijo en un concierto de Antonio Machín que no me hiciese viejo en un escenario. Ahora le diría que la desobedecí, como hice siempre". Acaba de publicar un libro junto a dos CD'S y un DVD, el Rock&Ríos, 40 años después, con el que celebra las cuatro décadas del icónico álbum junto a artistas como Love of Lesbian, Anni B.Sweet, Víctor Manuel, Amaral, Vetusta Morla o Javier Bardem. La participación del actor es, posiblemente, una de las más llamativas por el vínculo que les une. En el libro podemos leer: "Miguel Ríos para mi familia es el dios del rock. Ha sonado en nuestra casa incesantemente desde sus primeros discos, y en especial cuando el milagro del Rock and Ríos salió publicado. No había día en mi casa que no sonase ese disco, al menos dos veces entero, desde la primera a la última canción. Mi madre y mis hermanos celebrábamos cada una de ellas como lo que son, un milagro a la apertura y al canto a la libertad que suponía este músico. Cuando mi madre partió, la última canción que le pusimos los tres hijos cerquita al oído fue Bienvenidos, y nos dedicó una sonrisa".
