Un estudio reciente ha revelado que los pensamientos y comportamientos suicidas son más frecuentes durante la primavera y principios del verano.
Los resultados revelaron un pico de pensamientos suicidas en diciembre, que precede al aumento de comportamientos suicidas reales durante el verano.
El estudio también identificó que el mayor riesgo de comportamiento suicida se producía entre las cuatro y las seis de la mañana.
El Dr. Brian O'Shea explicó que, aunque el invierno suele asociarse a la depresión, la primavera es la estación con mayor riesgo de suicidio.
Se teoriza que la mejora gradual de la energía durante esta estación puede permitirles planificar y llevar a cabo actos suicidas.
Estos hallazgos subrayan la importancia de la intervención y el apoyo oportunos a las personas que experimentan problemas de salud mental.
Este trabajo proporciona información valiosa sobre los comportamientos suicidas, lo que permite estrategias más eficaces para la prevención del suicidio.
Al reconocer los momentos específicos en los que las personas corren un mayor riesgo, se les puede proporcionar apoyo durante estos periodos vulnerables.