Con la fuerza bruta como la habilidad de mayor impacto en su juego y la capacidad de desarrollar poder en ambos lados de la caja de bateo, el dominicano Ronny Mauricio ha logrado un perfil de éxito en cada nivel minoritario de los Mets de Nueva York.
Nacido en San Pedro de Macorís, la crema y nata de los jugadores dominicanos, el parador en corto finalmente parece convertirse en una figura capaz de crear impacto en el mediano plazo.
A pesar de atravesar la primera prueba bajo nivel de Triple A, sostiene una desenfrenada actuación mientras posee 18 extrabases en 129 turnos, combinado con un sólido promedio de .333.
Este tórrido inicio provoca que la afición pida a gritos su ascenso hacia el equipo grande de los Mets, además, arrastrando la capacidad productora que mostró en la pelota invernal.
Antes de sumarnos a la petición de que Mauricio reciba el llamado al máximo de los escenarios, una lista compuesta por dos preguntas antes requiere de respuestas: ¿aquello que está haciendo será sostenible con el paso de la zafra?, ¿podrá extrapolar este éxito una vez en Grandes Ligas?