El gobierno de Venezuela y el gremio de panaderías del país se cruzan acusaciones sobre el desabastecimiento de harina en algunas ciudades del país. El gobierno acusa a las panaderías de un complot para acaparar la harina, que es distribuida por las autoridades. Y envió inspectores y militares a vigilar que se produzca pan a todas horas.
Tras las inspecciones, cuatro personas fueron detenidas y se expropiaron dos panaderías en Caracas.
En tanto, el gremio panadero acusa al gobierno de distribuir sólo 30.000 toneladas de harina para las 8.000 panaderías del país, cantidad muy por debajo de las 120.000 que requieren para cubrir la demanda.